Cirugía de la pared abdominal
La cirugía de la hernia inguinal sin duda es la técnica más frecuentemente realizada en el ámbito de la Cirugía General.
Tratamos esta patología con el objetivo de reconstruir la pared abdominal y aplicamos la cirugía laparoscópica siempre que esté indicada.
Una hernia inguinal es una protrusión del contenido de la cavidad abdominal a través de un punto débil en la pared del abdomen, en este caso la región inguinal.
Una hernia crural es una protrusión del contenido de la cavidad abdominal por un punto débil a nivel del anillo crural por debajo de la región inguinal. Es la hernia más
común en la mujer y conlleva una elevada incidencia de estrangulación del contenido herniada, principalmente un asa del intestino delgado. La hernia umbilical consiste en un defecto de la pared abdominal a nivel del ombligo a traves del cual protruye el contenido abdominal. La hernia epigástrica es un defecto de la pared abdominal por encima del ombligo. La hernia ventral, incisional o eventración ocurre generalmente en el sitio de una cirugía previa y consiste en una disrupción del cierre de la pared abdominal, creando así un defecto a través del cual protruye el contenido abdominal.

Las hernias se pueden clasificar según su forma de presentación clínica en:
Hernia primaria
La que presenta el paciente por primera vez, como primera manifestación.
Hernia recidivada o reproducida
Aquella que ya ha sido intervenida y que se ha vuelto a producir.
Hernia reductible
Toda aquella hernia que se puede reintroducir con facilidad en la cavidad abdominal; o sea, la hernia es libre y puede protruir y salir sin dificultad a través del orificio herniario, reintroduciéndose hacia dentro con mínima ayuda de nuestra mano y, a veces, con el simple decúbito supino.
Hernia incarcerada
Es aquella que no podemos reducir, pero al paciente no le produce un cuadro de dolor agudo, al no existir compromiso vascular de ninguna de las estructuras del saco. El anillo es lo suficientemente ancho como para que no produzca isquemia
alguna.
Hernia estrangulada
Suele aparecer bruscamente tras un pequeño o gran esfuerzo que provoca un aumento súbito de la presión abdominal con la salida a través del orificio herniario del saco herniario y su contenido (las asas intestinales, el epiplon, etc.). Todo estos, saco y contenido, no se pueden volver a su sitio en la cavidad tras su salida rápida; y muchas veces, la dilatación de ese intestino por aire y la contracción muscular por el dolor impiden su reducción, produciéndose una falta de riego y de retorno sanguíneo que si se mantiene en el tiempo llega a producir la necrosis del intestino (infarto). Se trata de una urgencia quirúrgica inmediata, sin dilatar la espera, ya que tendríamos que resecar el tramo intestinal afectado, aumentando la morbilidad a la
reconstrucción herniaria.
El tratamiento de las hernias no complicadas es quirúrgico y se realiza de forma programada. Existen diferentes técnicas quirúrgicas en función del tipo de hernia, de la localización y de su tamaño pero todas ellas tiene en común la utilización para
reparar el defecto de la pared de prótesis o mallas de material no absorbible . Estas mallas no se retiran salvo complicaciones. En el caso de las hernias umbilicales y epigástricas, sobre todo en pacientes con obesidad o sobrepeso, y en las hernias
incisionales no superiores a 8 cm de diámetro está indicada la vía de abordaje laparoscópica lo que evita o disminuye la aparición de complicaciones locales, infecciones, colocación de drenajes y estancias hospitalarias prolongadas.
El tratamiento de las hernias estranguladas es también quirúrgico pero se considera una urgencia que debe realizarse sin demora por el riesgo que se corre de necrosis del contenido herniado lo que precisaría la resección del intestino dañado.
Prácticamente la totalidad de las reparaciones herniarias se pueden llevar a cabo en régimen de cirugía ambulatoria o ser dados de alta en el primer o segundo día postoperatorio.
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