Cirugía del colon y recto

Somos expertos en el tratamiento de Cirugía del colon y recto, por vía mínimamente invasiva de problemas tan importantes y frecuentes como el cáncer de colon y recto o los divertículos de colon.
También intervenimos por vía laparoscópica procesos urgentes como la apendicitis aguda con excelentes resultados.

A) El cáncer de colon y recto (CCR)

Es el tercer tipo de cáncer más frecuentemente diagnosticado en hombres y el segundo en mujeres, a nivel mundial. En Cantabria, el cáncer colorrectal es el segundo cáncer por incidencia, siguiendo muy de cerca al de pulmón. En números absolutos se diagnostican, anualmente, entre 300 y 340
cánceres de colon y recto en nuestra región.

La historia natural de este tumor comienza a nivel de la mucosa del intestino grueso y recto como una tumoración polipoidea de características benignas (adenoma colorrectal) que con el paso del tiempo, al menos 10-15 años, acaba convirtiéndose en una tumoración maligna, cáncer, que puede extenderse a órganos adyacentes o a distancia provocando metástasis.

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La distribución por edades de este tipo de tumor señala que es prácticamente inexistente por debajo de los 40-45 años. A partir de ese momento, la incidencia se incrementa progresivamente siendo destacado el aumento a partir de 60-65 años en hombres y 70-75 en mujeres.

Los pacientes con cáncer colorrectal se pueden presentar de tres maneras:
– con sintomatología sospechosa.
– pacientes asintomáticos descubiertos mediante screening/cribado de poblaciones.
– urgencia por obstrucción, perforación o sangrado.


La sintomatología de sospecha del CCR incluye cambio en el hábito o ritmo intestinal, sangrado por recto o presencia de sangre en heces, dolor abdominal o anemia por déficit de hierro (anemia ferropénica). El cáncer de recto provoca dolor rectal, tenesmo (sensación de evacuación incompleta) y heces de calibre disminuido. Para el diagnostico es básico la toma de biopsia de la lesión sospechosa mediante la realización de una colonoscopia. Una vez hecho el diagnostico de CCR y antes de proceder a su tratamiento debemos completar el estudio de extensión de la enfermedad mediante la realización de un TAC toracoabdominopélvico y la obtención de los niveles de antígeno carcinoembrionario (CEA) como marcador tumoral.

El tratamiento inicial del CCR es siempre quirúrgico y consiste en la resección del segmento intestinal afecto con márgenes de seguridad y la extirpación de sus cadenas de drenaje linfático. La continuidad intestinal se restablece mediante la confección de una anastomosis primaria aunque en algunos casos es necesaria la realización de una colostomía o una ileostomía temporal. La resección del CCR puede ser realizada mediante un abordaje convencional abierto o mediantecirugía mínimamente invasiva (laparoscopia) con las ventajas que este abordaje supone para el paciente. Aproximadamente el 80% de los casos de CCR la enfermedad está
localizada en la pared intestinal y/o en los ganglios linfáticos regionales con lo que la cirugía es curativa. En los casos de cáncer rectal y con carácter previo a la resección quirúrgica se realiza un tratamiento oncológico mediante radioquimioterpia con el doble objeto de facilitar la cirugía disminuyendo el tamaño de la lesión rectal y mejorar la supervivencia global disminuyendo la tasa de
recidiva local.

Posteriormente y dependiendo de los resultados del análisis patológico de la pieza quirúrgica puede que sea necesaria la administración de quimioterapia. Tras un postoperatorio satisfactorio comienza el período de seguimiento durante el
que vigilaremos la aparición de recidiva local o a distancia (metástasis) mediante la realización programada de pruebas de imagen (ecografía y/o TAC) y test de laboratorio (CEA) sobre una base de 3 a 6 meses durante 5 años. Además se realizará una colonoscopia de control al año de la intervención, a los 3 años y, después, cada 5 años.

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B) Enfermedad diverticular de colon:

Los divertículos de colon son protrusiones en forma de sacos de algunas capas de la pared del intestino grueso (mucosa y muscularis mucosa) a través de la muscularis propia de la pared intestinal. Los divertículos se localizan en el 95% de los casos a
nivel del colon sigmoide. Hay varias teorías que explican su desarrollo, la más aceptada está relacionada con el descenso en la ingesta de fibra en la dieta lo que disminuye el volumen de las heces y provoca hiperpresión endoluminal en el colon que motiva la formación de los divertículos; a esto se suma el deterioro del tejido conectivo ligado al envejecimiento, de forma que, la prevalencia de los divertículos aumenta con la edad (60% en las personas mayores de 60 años).

La importancia de los divertículos deriva de las complicaciones inflamatorias, de manera que aproximadamente un tercio de los pacientes con divertículos desarrollarán diverticulitis, y de éstos, un tercio requerirán tratamiento quirúrgico.

La presentación clínica de la enfermedad diverticular es la siguiente:

– diverticulosis sintomática: se presenta como dolor abdominal continuo o intermitente, localizado en el cuadrante inferior izquierdo del abdomen, que mejora con la deposición y a veces se acompaña de períodos de diarrea. El tratamiento es médico.

– diverticulitis aguda simple: aproximadamente un 4-15% de los pacientes desarrollarán infección e inflamación de uno o varios divertículos, esto produce un cuadro de dolor agudo localizado en el cuadrante inferior izquierdo del abdomen, asociado a fiebre y alteraciones en la analítica. El diagnóstico de sospecha es clínico y la confirmación se realiza mediante pruebas de imagen (ecografía y/o TAC abdominal). El tratamiento es médico (antibiótico), aunque hay casos en que los brotes son muy frecuentes o rebeldes al tratamiento y precisan de la cirugía (sigmoidectomía laparoscópica) para su resolución.

– diverticulitis aguda complicada: la inflamación de los divertículos produce una colección de pus cercana al colon (absceso pericólico) o una peritonitis purulenta difusa y, en los casos más graves una perforación con peritonitis fecal. A veces se producen fístulas a órganos vecinos o disminución del calibre del colon por cicatrización tras varios episodios inflamatorios (estenosis). En estos casos, algunas veces, es necesaria la cirugía con carácter urgente.

La incidencia de diverticulitis aguda de sigma está aumentando en los últimos tiempos e la edad de presentación está bajando, de forma que cada vez es más frecuente en personas menores de 50 años. El tratamiento es médico mediante dieta, sueros endovenosos y antibióticos dependiendo de la severidad de los síntomas. Todos los pacientes, una vez resuelto el episodio agudo, deben ser explorados mediante colonoscopia para confirmar el diagnóstico, evaluar la extensión de la diverticulosis y excluir otros diagnósticos como el cáncer de colon.

C) Apendicitis aguda

La inflamación aguda del apéndice cecal es una de las causas más frecuentes de dolor abdominal agudo y una de las más frecuentes indicaciones de cirugía abdominal urgente. La apendicitis aguda ocurre sobre todo en la segunda o tercera década de la vida aunque es un proceso tan frecuente que prácticamente se puede producir a cualquier edad. La incidencia es de 233 casos entre cada 100.000 personas.

El síntoma más frecuente y predominante es el dolor abdominal que comienza, en un caso típico, alrededor del ombligo para posteriormente desplazarse al cuadrante inferior derecho del abdomen, no obstante, este desplazamiento solo ocurre en el 50-60% de los casos. Típicamente el dolor empeora con la contracción abdominal (tos, risa, vómito,…). El dolor suele acompañarse de nauseas y vómitos que suelen aparecer después del comienzo del dolor. Si aparece fiebre, generalmente no es al principio del cuadro clínico.

No obstante, dependiendo de la localización del apéndice, los síntomas y signos pueden variar y ser tan atípicos como molestias urinarias, diarrea o sensación de falta de vaciamiento rectal.

El diagnóstico es clínico mediante la exploración abdominal y en los casos dudosos las pruebas de imagen, ecografía y/o TAC abdominal pueden confirmar el diagnóstico. El tratamiento de la apendicitis es quirúrgico mediante la extirpación del apéndice cecal (apendicectomía) principalmente mediante cirugía laparoscópica.

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